Buscar este blog

lunes, 27 de junio de 2016

Bonita costumbre

Hace poco me preguntaba que si sería pronto. Tenía mis dudas de si se podía querer a una persona en tan poco tiempo. Tú le preguntas a alguien y lo que te va a decir es que se le puede coger cariño rápido a una persona, pero la palabra amor, el sentimiento de querer, viene con el tiempo. No saben decirte cuánto exactamente, pero la mayoría te recalcan que no se puede en cuestión de meses...
Yo antes pensaba como ellos. Pensaba que podías encapricharte tanto con una persona que podías llegar a confundir ese sentimiento con el de querer, y pensar que ya querías a esa persona más que a tu vida. Pero que va, el amor no es cuestión de tiempo. ¡Qué me lo digan a mí! Que pensaba que me había enamorado muchas veces en mi vida y sin embargo no ha sido así. Sé de sobra qué es el amor, tanto el bueno como el malo, tanto el sano como el ciego que no quiere ver. He estado viviendo estas contradicciones en el amor durante 4 años.
Pero cuando de repente aparece alguien que te demuestra sólo un tipo, una sola forma de querer que es sin condiciones... te enseña que hay varios tipos de amor distintos.
Llegué a pensar que se podía vivir bien y enamorada dentro de una relación en la que tu ceguera no te dejaba ver lo que había a tu alrededor, y lo que es peor, lo que había a tu lado. Que a pesar de todos los problemas, mentiras, engaños, merecían la pena porque confiabas en que ya vendrían tiempos mejores, total, si ya los había habido antes... ¿por qué no iban a volver de nuevo? Pues no, no es así. Hay veces en las que a pesar de querer tanto a una persona incluso que ella también te quiera a ti, no estáis hechos el uno para el otro. Algo falta para que esa relación cuaje, y falta un mundo para que la confianza pueda ser plena...
Pero ahora no, ahora he descubierto otro tipo de amor. Sincero, honesto, fiel, feliz... un amor bueno, de verdad. Y parece increíble porque parece que de esos ya no quedan. Incluso yo lo pensaba. Que los amores de películas, o los que se veían en las típicas fotos "couple goals" de las redes sociales no existían. Eran sólo postureo que hacía que se sobrevalorasen las acciones de hoy en día sobre el amor, las que dejan al "príncipe azul" enterrado en el cuento. Y eso es lo que se ve hoy en día, como todas piden un príncipe de cuento y sueñan con ser princesas... y eso no se puede. Ni eso ni todo lo contrario. Tampoco se puede perder la fe en el amor, pensar que eso ya no existe y ahora sólo importan los cánones de belleza y elegir al que más puedas lucir. Pero vuelvo a repetir que no, que puede que no existan los príncipes de los cuentos, pero sí que existen los hombres de verdad, los hombres que saben querer a una mujer, que la respetan, que la valoran. Que te hacen saber que están ahí simplemente.
Pues bien, después de tanto tiempo conformándome, yo lo he encontrado. A una persona que me ha devuelto las ganas de reír, de ponerme guapa, de arreglarme, de pensar en sorpresas que darle, en viajes que hacer, en planes que realizar... una persona que te hace recuperar la ilusión y que te tiene los nervios y los sentimientos a flor de piel. Una persona que te hace despertarte de una manera diferente cada día. Y que te hace ir a dormir con un pensamiento distinto. Una persona que sientes que te da tanto... Que no sabes ya que hacerle para recompensarle como te sientes. De hecho, llega un momento en el que te quedas sin palabras de todo lo que has dicho ya, aunque en la mente tengas todavía mil cosas por decir.
Porque el pasar rato contigo es mi pasatiempo favorito. Y dormir contigo se está convirtiendo en costumbre. En una bonita costumbre. De la que no me cansaría nunca.
Así que de pronto nada, y si lo fuera... si es contigo me da igual lo rápido que vaya si es así de intenso. Porque el que no corre, vuela y el que no arriesga, no gana. Y yo contigo quiero probar todos los mitos posibles. ❤