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viernes, 29 de diciembre de 2017

Palabras

La chica de sonrisa grande y mirada triste. De ojos brillantes y mirada profunda. De coraza de hierro y corazón de cristal. Esa que ríe con cualquier tontería y llora por cualquier cosa. Que quieren que la quieran como se quieren dos niños pequeños que se dan la mano o presuman de tener la novia más guapa de todo el cole.
Una chica que le encanta la noche, pero para esconderse bajo las sábanas con su libro preferido. E imaginar que protagoniza cada una de las novelas o poemas que lee.
Qué bonito sería.
Un intento de princesa que no combina ni los tacones, ni sabe retocarse el pelo o hacerse un maquillaje sencillo. Una especie de cenicienta con zapatillas y chándal.
Tímida y risueña; introvertida y pasional; de risa contagiosa y lágrima fácil; bipolar.
Incomprendida.
Imparable.
Pone todas sus ganas y se esfuman en segundos.
Que le encanta bailar, pero odia que la miren. Que no puede vivir sin música y canta fatal.
Aquella chica que se conoce los rincones de Madrid, pero que se le queda corto. Que quiere ver mundo.
Pero acompañada, que no sabe estar sola, que después de haber exprimido limones, encuentra su media naranja. Aunque es tan diferente al resto que es una combinación de naranja-fresa.
Hablando de comida... ¿He dicho que esa chica no entiende de protocolos de princesa? Que ni si quiera sabe qué tenedor se usa con cada plato. Que disfruta como una niña con una pizza o una hamburguesa en cualquier local de comida rápida de la Gran Vía.
Le encanta comer, pero odia cocinar.
Sincera en cuanto a sentimientos, aunque entre como un huracán en la vida de la gente.
El mismo huracán que muchas veces tiene en su pequeña cabeza insegura y desconfiada.
Confía, desconfía, confía, desconfía.
Escucha, aconseja, a pesar de que ella no se lo aplique. ¿Típico no?
Fe ciega.
Autoconvencimiento.
Palabras con sentido.
¿Cuántas veces le habrán dicho que aprenda a quererse a sí misma? Y aún así, ¿cuántas veces necesita a alguien a su lado?
Siempre.
Y a pesar de todo, ¿cuántas veces desconfía de todo lo de su alrededor?
Muchas.
Al fin y al cabo sólo es esa chica de sonrisa grande y mirada triste, incomprendida, que busca encontrarse a sí misma.

domingo, 21 de mayo de 2017

Una forma de vida.

Buscar una vía de escape, un camino, una salida. Algo que te haga desconectar de todo y entrar en contacto contigo misma. Descubrir qué clase de persona eres en el mundo y qué pintas en él. Hallar alguna forma de expresar como te sientes sin la necesidad de usar palabras.
Me cuesta mostrarme tal y como soy frente a las personas, decir lo que quiero en cada momento; pero encontrar una solución a ese problema es lo mejor que te puede pasar. Algo que te ayuda a comunicarte con otras personas que pueden ser como tú o no serlo, que te ayuda a no pensar en nada más que lo que estás haciendo, sin importarte quién te esté mirando. Eso que te hace desconectar de cualquier problema de fuera, y que si surge algún problema con ello es de las cosas que más te afectan.
Puede que en algún momento veas todo negro, pienses que tienes mil problemas sin ninguna solución por el momento, pero de repente, con sólo hacer un "click" y pulsar el botón, todo pasa a segundo plano e intentas que todo el sentimiento que tienes en ese momento se te salga por todos los poros de la piel.
Todo esto en el ámbito personal e individual. Pero, y lo qué consigue cuando se ve desde fuera? Algo que te pone los pelos de punta sólo puede ser algo mágico. Aunque si lo que consigues es ponerle tú los pelos de punta a otra persona, habrás conseguido la mayor satisfacción que se puede sentir.
Un simple aplauso, una simple frase de "me encanta como lo haces, me has hecho ser feliz aunque sea durante unos minutos", un simple brillo en unos ojos ajenos... Eso vale más que todo el oro del mundo.
Esfuerzo, sacrificio, dedicación y constancia son palabras que hay que tener grabadas en mente para poder llegar a entender la palabra: orgullo y satisfacción. O lo que viene a ser lo mismo, "felicidad".
Gracias danza, por todo lo que aportas y por ser la solución a cualquier problema.

lunes, 13 de marzo de 2017

Luchar contra viento y marea

Escribir por escribir, en verdad no es malo ¿no? Por la necesidad de desahogarte, mejor así que pegándote el berrinche a llorar ¿no?
Que curiosa que es la vida y como nos desafía... Todo va por rachas, hay veces que parece que estás viviendo en un cuento de hadas y otras donde parece que alguien está escribiendo tu vida como una película de drama o comedia. Aunque dicen que hay que sacar fuerzas de donde sea cuando algo te importa para que salga adelante, a veces es difícil, y no porque no lo tengas claro, sino porque no te lo ponen fácil.
Nos encontramos muchas barreras a lo largo de nuestra vida y a veces las saltamos, otras las pasamos por debajo, pero hay otras que nos damos de golpe con ellas y esas son las más duras pero en las que de verdad aprendes y te ayuda después a saltar las siguientes con más fuerza.
Lo de que escribiendo no se llora, también es mentira.
La barrera más difícil es aquella que tiene que ver con el amor, porque cuando éste llega... arrasa con todo lo que pilla.
A veces solo necesitas un empujoncito y que tiren de tu mano para que todo salga bien, y sin embargo, sientes que te la sueltan y te la vuelven a dar constantemente. Qué horrible sensación.
Tú! sí, tú! Entérate de una vez, que con que me cojas de la mano sin mirar atrás yo haré que todo salga bien. Porque quiero permanecer a tu lado, porque sólo tú conoces bien a mis fantasmas. Deja de perder el tiempo en tonterías. Cierra bien la puerta y no dejes que nadie más la abra. Conoces mi pasado, sabes todo lo que he llorado, por eso sólo quiero que cojas de mi mano y me creas si te digo que te amo.
Dicen que cuando se ama de verdad lo demás no importa, el amor es el poder más fuerte.

domingo, 8 de enero de 2017

Libros, amor en la realidad

¡Qué curioso es el tiempo! Parece mentira que haya pasado tanto tiempo y hayan cambiado tantas cosas. 
¿Quién me iba a decir a mí que iba a vivir una historia de amor como la que estoy viviendo? Parece hasta mentira, y más cuando estás acostumbrada a leer tantas historias de amor en esos libros, o a ver esas películas que hablan sobre el amor perfecto dando a entender que es muy fácil conseguirlo. Porque claro, después de tanto tiempo comprobando que las cosas que pasan en los libros y en las películas se quedan ahí, en la ficción, resulta extraño que no sea así, que aquel personaje que siempre habías querido ser ,de ese libro que tanto te encantaba, lo estés siendo. Estás viviendo una historia que podría ser escrita en un libro. Y eso es precioso, estar enamorada de alguien que siente lo mismo por ti y lo demuestra es maravilloso. Habrá gente que tenga distintos significados de la palabra "amor", pero al fin y al cabo,cuando lo sientes, supongo que todos experimentamos lo mismo si es correspondido, esas mariposas y esa ilusión constante.
Parece imposible que puedas estar pendiente de una persona tanto tiempo, o que esté rondando por tu cabeza constantemente. Hay veces que estoy leyendo un libro y veo los "líos" que tienen los protagonistas, como unos se enamoran de otros y a veces es correspondido y otras no, como se sienten ante cada situación que viven y como sufren con cada palo que se llevan. Y es curioso como consiguen que me meta en la historia y sienta lo que sienten ellos (a veces leer es precioso), como logro imaginarme que haría yo en esa situación, qué pasaría si el amor de mi vida de repente quisiera desaparecer, o se le pasara por la cabeza cambiarme por otra, y es horrible, esa sensación es horrible. Pero bueno, que pierdo el hilo, lo que quiero dar a entender es que cuando estás enamorada vives todo más intensamente, porque te imaginas todo con esa persona, tanto lo bueno como lo malo. Si los personajes tienen una cita increíble a ti lo primero que se te pasa por la cabeza es poder imitarla con esa persona que comparte los momentos increíbles contigo. Al igual que si los personajes tienen una crisis amorosa, rezas porque a ti no te pase lo mismo.
Aunque por otra parte, tampoco tengo mucha queja, porque como ya he dicho estoy viviendo una historia que podría ser digna de un libro. Tengo guardados en la memoria momentos increíbles con esa persona, con mi personita especial, momentos que podrían ser la escena de una película romántica, a veces incluso alguna escena podría incluirse en una comedia. Porque eso es lo bueno del amor, saber que a pesar de los problemas que pueda haber en una pareja, todo se resuelve y los momentos bonitos y sentimentales vuelven a aparecer. De pronto podemos estar cada uno en una esquina del salón, en distintos sofás por la discusión que hemos tenido momentos antes, como podemos estar riéndonos mientras nos hacemos cosquillas en el mismo sofá. ¿Qué bonito es tener a una persona que te haga reír verdad? 
Hay veces, incluso, que te puede hacer feliz sin ni si quiera estar delante, basta con estar a través de la pantalla. Curioso ¿verdad? Y es que hay veces que cuando me habla... siento como si le tuviera a mi lado; aunque luego miro, y sigo sola en mi pequeño salón que se me hace enorme cuando él no está. Si por mi fuera podría estar con él las 24 horas del día, pero ese ahora no es el caso. Lo importante es que a pesar de no vernos todos los días sigue manteniendo en mí la misma chispa que el primer día que nos conocimos, una historia curiosa por cierto con un principio peculiar, un principio que incluso algunos no aprobarían. Pero el cómo conoces a tu persona especial tampoco es tan importante ¿no? Lo importante fue lo que sentí la primera vez que aquellos ojos verdes me miraron y esa sonrisa perfecta me sonrió a mí, y me hizo sentir única en aquel lugar lleno de gente, parecía incluso que no había nadie más. Extraño también como una persona que acabas de conocer pueda evadirte del mundo ¿eh? 
En verdad lo que más me sorprende es cómo una persona que apareció de la noche a la mañana, nunca mejor dicho, había pasado a convertirse en el que podría ser el amor de mi vida. ¿ Estaré en lo cierto?
Porque dicen que cuando ya te has enamorado una vez y te han roto el corazón, la segunda vez que ames puede que no vuelva a ser igual. Y efectivamente no se equivocan, pero ellos se refieren a eso en otro sentido. Yo me he dado cuenta que, efectivamente, no se ama igual la primera vez que la segunda. Si no mejor, con más cuidado, más lento, disfrutando de cada paso que conlleva enamorarse de alguien. Vives cada momento con más intensidad por miedo a que se pueda acabar otra vez. Es más, eso es precioso, porque das cada beso como si fuese el último, cada abrazo con más fuerza que nunca, y cada caricia con una sensibilidad indescriptible. Disfrutas cada momento como si el reloj no corriese. Otra curiosidad del tiempo fíjate, que parece que sólo se detiene cuando él quiere.
Pero volvamos a lo importante, las historias de los libros. Como bien decía antes, parece que las historias perfectas sólo existen en los libros que leo, que es prácticamente imposible que te llegue un mensaje de madrugada para que te asomes a la terraza, o que se arrodillen con una rosa para pedirte "salir", o que te preparen una cena romántica, o que te escriban una carta, o que puedas vivir esos momentos en los que los protagonistas se miran a los ojos mientras se confiesan todo su amor y se dicen que quieren estar juntos toda la vida... Pero no es así, parece ser que yo me he convertido en la protagonista de mi propio libro, la típica chica que se enamora y vive todas esas cosas pero en la vida real. Un libro que no quiero que acabe, y que quiero seguir redactando día a día, y que en todos los capítulos aparezca ese chico de ojos verdes que me volvía loca cada vez que me miraba. Ese niño ya adulto, que ha convertido mi vida en una película romántica, de esas que merecen un Goya por su credibilidad.
Es la magia de los libros, la magia del amor.