Buscar este blog

domingo, 18 de noviembre de 2018

Domingo

Que duras son las tardes de domingo... Y más después de una noche de sábado con los sentimientos a flor de piel.
Sólo se escucha el ruido de la lluvia contra mi ventana, bueno y mis pensamientos, esos los escucho todo el rato.
Que tarde de domingo más larga...
No puedo parar de pensar en cada momento en el que te sentí mío, fue como volver a nacer de la nada.
Por otra parte, no puedo parar de darle vueltas a la cabeza, tengo vocecillas que me dicen : no seas tonta, hablale y dile que necesitas oir lo que siente
Pero otras que me dicen: no la cagues, puede ser tu última oportunidad
¿A cuál debo hacer caso?
Que difícil es esto de echarte de menos al momento de irte. Vivir con la angustia de no saber si volverás a mi cama otra noche.
A tu lado es todo tan perfecto... que no entiendo por qué cada vez que te vas todo se convierte en tormenta
Vaya, tormenta,  como la que hace hoy ahí fuera y como la que hay en mi cabeza cada vez que pienso que no estás

viernes, 9 de noviembre de 2018

Encontrar ese instante de felicidad contigo

No me preguntes por qué, pero cada día tengo más ganas que el anterior. Y debería ser al revés, porque dicen que cuando no paras de intentar algo que no consigues te acabas cansando.
Pero es que estoy tan segura de lo que quiero conseguir que estoy dispuesta a dar lo mejor de mí y grabarme a fuego en la mente y sobre todo en el corazón el "no te rindas"
Y es que cuando notas que algo merece la pena, luchas cada segundo del día por conseguirlo sin mirar quien piensa que no puedes hacerlo.
Estoy tan segura de la vida que quiero tener que estoy dispuesta a dar todo, absolutamente todo, de mí por conseguir lo que me falta para ser feliz.
Y ese algo eres tú.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Momentos

¿Cuándo sabes que ha llegado el momento de aceptar la realidad?
¿Cómo sabes que estás en ese punto en el que la situación no va a dar más de sí?
¿Qué te indica el momento en el que debes dejar de luchar?
Cuando sabes que algo puede merecer la pena y puede salir bien, ¿debes dejar de luchar si no ves posibilidades?
Me han enseñado que la vida es difícil, y que si no te arriesgas no ganas. Al fin y al cabo, sólo hay una vida y no la podemos vivir con miedo porque nunca sabes cuando será la última vez que puedas decirle "te quiero" a una persona
Entonces, ¿por qué no arriesgarse?
Quiero arriesgar mi vida contigo, mi futuro.
Quiero tenerte enfrente y que no exista nada más, que se me olvide que existe el resto de la gente.
Quiero tenerte a mi lado las noches de invierno y los días de verano.
Quiero que seas tú el que me despierte cada mañana aunque no me guste madrugar. Que seas tú el motivo por el que no quiero dormir por las noches.
Quiero que hagas que desaparezca mi miedo, y quiero hacer que desaparezcan todas tus dudas.
Creo que quiero quererte. Y aceptar esa realidad.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

La necesidad de tenerte

Tengo la necesidad de hablarte constantemente,  de preguntarte si piensas en mí, de saber lo importante que he sido o soy en tu vida.
Pero no lo hago, me muerdo la lengua y el puño para evitarlo, no vaya a ser que esta vez también moleste.
No vaya a ser que tu pensamiento esté en otra persona.
Tengo la necesidad de estar al otro lado de la pantalla de tu móvil,  de ser yo el motivo de que estés en línea.
Pero no lo hago, no vaya a ser que descubra que tu conversación importante ahora no soy yo.
Tengo la necesidad de saber a dónde miras ahora cada noche antes de dormirte,  de que sea mi cara lo último que veas antes de cerrar los ojos.
Pero no quiero saberlo, no vaya a ser que tu último pensamiento antes de dormirte ya no sea yo, ya no sea cada momento conmigo.
Tengo la necesidad de dejar de tener miedo, de contener las lágrimas y que todo esto merezca la pena.
Tengo la necesidad de tenerte.

Te das cuenta de que estás perdida cuando ni leer te salva

Inflexión.  Sí,  esa es la palabra. Punto de inflexión.
¿Qué hacer cuando sientes que ya has hecho todo?
¿Hay algo más después de ese todo?
Llega un punto en el que te sientes perdida y piensas que todo lo que haces y dices es sólo en vano. Que ya no hay marcha atrás en ningún aspecto de tu vida, que ese error te va a costar muy caro.
Pero... ¿fue un error? ¿Se puede considerar error algo que intentas recuperar y no vuelve? Quizás si no vuelve es que nunca fue tuyo.
Duele asimilarlo.
Dicen que cuando tienes miedo a intentarlo es porque en verdad lo estás deseando y que eso precisamente es lo que te indica claramente que debes hacerlo. Pero ¿y si vuelves a perder?
Eso se llama miedo a sentir, el peor miedo después del miedo a la muerte. Y es que a veces en esta vida hay que aprender a jugar sin chaleco antibalas, de ese modo nadie te podrá echar en cara nunca que no lo intentaste.
Por otra parte, tienes que quererte y valorarte como si fueras la dueña del diamante más valioso del mundo, tú misma.
Y es que cuando alguien se convierte en tormenta, tienes que aprender a bailar sola bajo la lluvia.
Recuerda, niña, que eres imparable, ya te lo grabaste en piel. ¿Qué más necesitas para darte cuenta?
Y cuando no sacas fuerzas ni para leer debajo de las sábanas, te das cuenta que lo que te falta es eso que tenías antes a tu lado en la cama...