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lunes, 8 de agosto de 2016

Mentalidad abierta

Qué difícil es creer en el amor, ¿verdad?
Y más cuando ya lo hiciste una vez y te fallaron.
Anteriormente todo te parecía de cuento, pensabas que era precioso encontrar a ese chico que te amara por encima de todo y que te prometiese que ibas ibas ser la única. Pero cuando piensas que nada puede ir peor... ocurre. Ocurre lo que nunca te hubieras esperado. Te fallan, te falla esa persona que pensabas que a pesar de todo nunca lo haría. Y en vez de echarle la culpa a él, te la echas a ti. ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal? ¿Qué me faltó por hacer? Son preguntas que te rondan por la cabeza y que no encuentras respuesta.
De repente cambias el chip, "todos los hombres son iguales, no volveré a confiar en un chico en mi vida". Y al fin y al cabo, no tienes una referencia masculina en la que poder apoyarte o preguntarle, no tienes esa figura que a veces necesitamos para conocer un poco más la vida, una figura paterna. Y esa es la excusa que utilizas para que no te vuelvan a fallar y volver a pasar por la misma mierda, para no estar hundida durante meses por el mismo motivo , "son todos iguales". Te cierras al amor, al compromiso, el miedo se apodera de ti y te impide confiar en cualquier persona que te prometa hasta bajarte la luna si se lo pides. Y te duele, porque te encantaría poder estar con alguien sin temor a que te vaya a fallar en cualquier momento, sin miedo a hacer algo mal y que todos tus defectos salgan a la luz y eso conlleve a que busquen la perfección en otra persona que no eres tú,  como ya te hicieron más de una vez.
Pero de repente aparece alguien que te promete una vida entera. Que te quiere. Que le quieres. Que te llena, te consuela y te vuelve a unir todos esos pedazos que un día te rompieron. E intentas por cualquier método confiar en esa persona, no pensar en "que pudiera pasar si...". Te comes la cabeza intentando que no te vengan imágenes de esa persona traicionandote, porque si te lo volvieran a hacer otra vez... No sabrías como actuar, sólo sabes que eso daría lugar a otro momento de tu vida que te marcaría para siempre y que haría que no confiases nunca más en ninguna persona.
Y pase lo que pase intentas confiar en esa persona por encima de todo, hacer cosas que no hacías antes con tal de que todo vaya bien. No te vuelves loca a la mínima, no te rayas por tonterías, no sacas conclusiones erróneas... lo intentas todo, TODO. Y a pesar de todo siempre te quedan dudas, siempre tienes ese miedo que te hace sentirte pequeña de vez en cuando, que te hace pensar si eres suficiente...
Pero vivir con miedo y con dudas es lo peor que puedes hacer; así que no queda otro que mirar hacia adelante y nunca más hacia atrás y pensar que ya es hora de que algo te vaya bien en la vida.
Ya es hora de dejar de vivir con miedo.