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miércoles, 7 de noviembre de 2018

Te das cuenta de que estás perdida cuando ni leer te salva

Inflexión.  Sí,  esa es la palabra. Punto de inflexión.
¿Qué hacer cuando sientes que ya has hecho todo?
¿Hay algo más después de ese todo?
Llega un punto en el que te sientes perdida y piensas que todo lo que haces y dices es sólo en vano. Que ya no hay marcha atrás en ningún aspecto de tu vida, que ese error te va a costar muy caro.
Pero... ¿fue un error? ¿Se puede considerar error algo que intentas recuperar y no vuelve? Quizás si no vuelve es que nunca fue tuyo.
Duele asimilarlo.
Dicen que cuando tienes miedo a intentarlo es porque en verdad lo estás deseando y que eso precisamente es lo que te indica claramente que debes hacerlo. Pero ¿y si vuelves a perder?
Eso se llama miedo a sentir, el peor miedo después del miedo a la muerte. Y es que a veces en esta vida hay que aprender a jugar sin chaleco antibalas, de ese modo nadie te podrá echar en cara nunca que no lo intentaste.
Por otra parte, tienes que quererte y valorarte como si fueras la dueña del diamante más valioso del mundo, tú misma.
Y es que cuando alguien se convierte en tormenta, tienes que aprender a bailar sola bajo la lluvia.
Recuerda, niña, que eres imparable, ya te lo grabaste en piel. ¿Qué más necesitas para darte cuenta?
Y cuando no sacas fuerzas ni para leer debajo de las sábanas, te das cuenta que lo que te falta es eso que tenías antes a tu lado en la cama...

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